En la Solemnidad de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán de Roma, el Papa León XIV preside la Santa Misa y en su homilía da un consejo a todos los católicos: “no se apresuren ni sean superficiales cuando trabajen al servicio del Reino de Dios, en cambio, excaven profundamente, libres de los criterios del mundo, que exigen resultados inmediatos; solo así se puede construir una verdadera comunidad de fe”.